jueves, 3 de agosto de 2006

Vuelo

Había pertenecido siempre al mismo lugar y estaba conforme con ello. Admiraba la tierra y se sentía agradecido por todo aquello que ésta le regalaba: el sol, con su luz y su calor, aunque las más de las veces lo rehuyera bajo las copas; el verde, en distintos matices en cada árbol y en cada planta; el viento refrescante de las tardes, meciendo las altas copas de los árboles que producían aquel murmullo que él sabía que no olvidaría jamás y que añoraría en los días de su vejez; y también agradecía la brisa fresca de la noche pues le daba la paz para admirar las estrellas y las sombras, y porque olía a oscuridad, a calma y a silencio.

Todo era perfecto a su alrededor. Todo le deleitaba y jamás se aburría de ver siempre lo mismo. Un día, sin embargo, contempló la cima del árbol más alto de las cercanías, un lanceolado álamo solitario que lo había visto crecer, y decidió que era tiempo de llegar hasta allí. Cerró los ojos, extendió los brazos y así, sin más, se echó a volar.
Para él esto no tenía nada de extraño; simplemente había vuelto a hacer lo que tantas veces hacía en sueños. Flotaba suavemente, su cuerpo más liviano que el ya liviano aire de aquel verano verde.

Al comienzo se mantuvo a medio metro de altura, ojos bien cerrados, sólo sintiendo la liviandad de su cuerpo mecido levemente de aquí allá por el viento, pero pronto comenzó a elevarse, primero por sobre las plantas y arbustos más bajos, después sobrepasando los árboles frutales. Finalmente, cuando sintió el viento más fuerte contra su cara y oyó con mayor intensidad el murmullo del follaje, decidió abrir los ojos. Frente suyo se mecía con calma infinita la aguzada cima del álamo. Le sonrió y el viejo árbol le concedió una leve inclinación de aprobación y simpatía, y hasta creyó ver una sonrisa entre sus alargadas ramas.

Luego observó a su alrededor, hacia abajo, hacia su hogar. Por entre las copas divisó la vieja casa de sus padres y el camino que conducía del pueblo a la ciudad. Aunque parecía tan natural estar ahí, todo le maravillaba más que nunca, como cuando se mira el horizonte con la cabeza de costado y se sorprende ver lo mismo de siempre pero de una forma distinta a la cotidiana. Sonreía con esas sonrisas que provienen de un regocijo muy profundo al observar el agua del canal junto a su hogar, al distinguir los distintos matices de verde, al oír de cerca el murmurar de los árboles, al creer sentir más cercano al sol; mas una nueva idea vino a su mente: ya habría tiempo para observar cuidadosamente los alrededores, hoy sólo quería dejarse llevar por la ingravidez. Miró arriba y divisó a los negros buitres, perennes en lo alto de los limpios cielos de su tierra, como alados guardianes que nunca descansan; apretó los brazos a sus costados y comenzó a elevarse en línea recta, cada vez más veloz, hasta que en unos minutos ya no era más que un punto en el inmenso cielo límpido de aquel verano verde…

8 comentarios:

Bogus! dijo...

"Llegó al pueblo una tarde de agosto... las últimas lluvias del invierno se dejaban sentir fuertemente sobre las casonas, y ese anciano estaba ahí afuera, con el abrigo estilando, mechones de un delgado pelo cano pegado al rostro, sus enormes alas pesantes de agua por la lluvia, y los zapatos embarrados por el camino.
Sólo luego de un rato llegó al fin a la plaza principal, junto a la cual una luz anunció una posada donde podría descansar.
Entro, pagó adelantado por una habitación donde secarse y por algo de comida, que le sirvieron en la puerta de esta.

A la mañana siguiente, la mucama encontró todas las toallas usadas, todas mojadas, el secador de pelo enchufado aún, algunas plumas y el abrigo de aquel anciano. Por lo demás, todo estaba en su sitio y aunque nadie lo había visto salir del edificio en lo que corría del día nadie preguntaría por él, y como estaba todo pagado, nadie siquiera se preocupó de cómo había salido.
La mucama cerró la ventana grande que daba al balcón, desde donde barrió las últimas plumas. Cerró la puerta con llave, como todas las otras, y entregó la copia que había encontrado sobre la mesa en la recepción. La habitación volvió a estar disponible"

No se si se alcanza a entender, pero me gustó mucho lo que escribiste, le encontré una onda muy parecida a este, en el sentido de la naturalidad de lo fantástico, algo sumamente americano... aunque quizás algo añejado con los años, igual de estimulante para quienes gustan del género. Esto lo escribí recién mientras te posteaba, pues no se me ocurrió otro modo de ejemplificarte la razón por la que me gustó el relato.

Antes era uno, ahora son dos... creo que revisaré esto mas seguido ;)

saludos...

Anónimo dijo...

Hoy llueve, creo que hace una hora comenzé a sentir el ruido en las ventanas, no hay nada mejor que la lluvia para llevarme al hogar, aquel de pies mojados y leña ardiendo. Ese de las sopaipillas y las manos de mamá.

Salí un momento al balcón, obtuve dos gotas de agua en mi nariz, el parpadeo de las luces sobre los edificios y mi retazo particular del Cerro Santa Lucía, ese que ahora se ve lleno de luces, pero que mañana veré claro, lleno de matices de verde, pensaba que a pesar de una pena que me ronda insistente, soy feliz por muchas cosas y estoy tranquila.

Te dije hoy que te quiero mucho?

Pos, nada más que eso hoy.

Anónima ; )

PS. Buenos ambos relatos, simpático "par de niños", aunque hace años que ya no lo sean jaja.

Mononokin dijo...

te odio sanamente :P pk escribes cosas tan bknes, yo sin tiempo de escribir algo digno :(

Saluditos

Anónimo dijo...

Me gustó tu cuento, me deja una sensación de perspectiva. Me recuerda a una frase de Rei Ayanami en un monólogo donde habla de lo visible y aparece un paisaje con unos árboles, unos llanos verdes, un río y un cielo brillante, y luego cita lo que no se ve y muestra el mismo paisaje visto desde el cielo, algo así como las diferentes realidades que da la perspectiva sobre una misma cosa. El iniciar un camino a través de las perspectivas hacia el cielo me hace pensar en una sabiduría verdadera, esa que está más allá de los libros y fórmulas panacéicas.

Por supuesto, no intento establecer una interpretación del cuento, sólo me restrinjo a expresar las sensaciones que me provoca.

Por cierto, qué odioso es eso de subirse en una tarima y ponerse a criticar con aires de erudición la expresión de otros, resulta molesto ver una creación que vale por sí misma con autoadhesivos pegados al estilo Blockbuster con frases como: “Estimulante para quienes gustan del género” o “sumamente americano”. Eso es de mal gusto.

Yo me pregunto, tan difícil es referirse a algo sin caer patéticamente en el “¡Yo también estoy aquí! ¡Yo también sé! ¡Mírenme por favor!”.-

Anónimo dijo...

Olvidaba decir que me gustaría ver movimiento en este blog pues simplemente comunicas, a pesar que considero que soy tan nula con las palabras que no sé como expresartelo.

Así que postea más seguido pues!

Y, porfa, que no se te olvide, dile Feliz Cumpleaños a tu papá de mi parte!, que no se te olvide eh...

Anónima again!

Unknown dijo...

Al fin tengo un poquito de tiempo para responder a los comentarios. Muchas gracias a todos por ellos.

Bogus: gracias por tu cuento y comentario. Ni siquiera me había puesto a pensar que se parece al realismo mágico. Lo cierto es que cuando llegué de fuera a comienzos de años, comencé a sentir una extraña sensación; miraba arriba y me daban unas ganas casi irreprimibles de elevarme, flotar con la misma naturalidad que en los sueños. Hasta me mandé unos saltos al sol, y nada. A lo mejor me faltó fe. No lo escribí como cuento, sólo plasmé lo que sentía.

PS: No he posteado en tu blog porque no es del tipo de cosas que entienda mi sencilla forma de pensar.

Usuario Anónimo: Yo también te quiero mucho, y con altibajos, no ha disminuido mi querer desde que te conozco. Y asumiendo que eres la misma persona del último post, te digo que sí tienes pasta para escribir. Tienes una imaginación maravillosa, cómo no vas a poder? hasta te desahogarías escribiendo, aunque dar el primer paso cuesta N. De hecho yo no escribo, una porque no se me ocurre cómo partir y otra porque igual uno a la final piensa que todo lo que haga saldrá mediocre y que otros lo criticarán, pero al margen de que la crítica sea útil, pienso que hay que mandar todo eso al diablo, sobretodo cuando no escribes para que te alaben, sino sólo porque te gusta. Me enredé mucho parece.

(f)

Mononokin: Gracias, pero no me envidies, una porque definitivamente NO escribo bakán (ni siquiera lo hago) y otra porque tú igual puedes y a veces lo haces.

Koneju: Welcome! Recuerdo muy bien lo que decía Rei, pero no muy bien lo que aparecía mientras expresaba su monólogo. La vi hace realmente muchos años. La veré de nuevo si tengo tiempo.
En lo demás, pues no sé con qué intención puso Bogus su cuento ni por qué metió el mío y el suyo en una categoría, pero quiero creer que no para jactarse de que sabía y podía escribir.

Saludos de un Copiapino Más.

Anónimo dijo...

MMMM, no me mates pero creo que la intención de Bogus era sólo participar opinando, y no jactarse de nada, al menos yo percibí eso en cuanto leí su cuento, y creo que yo conozco a mi gente, todavía.

En el resto, intentaré con toda el alma hacerte caso, y quiero que me ayudes recordándome las palabras que me dijiste al hablar hoy.

Fuck!, no puedo evitar el sentir mucha pena.

Usuaria Anónima "con autoestima en construcción" jaja

Unknown dijo...

Hey, yo no he dicho nada. Dícelo a Koneju (quienquiera que sea).

Oye, deja de ponerte usuaria anónima puh, la autoestima parte por dar el nombre . o O (se dará cuenta que es un truco? jejeje)

Ya, arriba ese ánimo. Si no, quién me los dará a mí?

"Ven, cálmate, no llores más. Si cierras los ojos verás que sigo junto a ti, que no me iré sin besar una de esas lágrimas que van desde tu cara al mar.
La vida viene, va y se va" (8)