
Niñas de la Fe rodeadas por viejas tumbas y enclavadas en uno de los patios más antiguos del cementerio de Copiapó, se encuentran las llamadas “Adrianitas” que con el correr de los tiempos se han transformado en una especie de “Milagreras locales”.
Cubiertas de lápidas de agradecimientos, patentes e inscripciones, en las que se puede leer la frase “Gracias por el favor concedido”, las Adrianitas son consideradas ahora “niñas de la fe”, mientras que en vida fueron “niñas de la noche”.
Existen varias versiones de cómo se transformaron en signo de milagros para la región. Hay quienes dicen que se trataba de dos prostitutas que trabajaban en los burdeles de la ciudad, durante el auge de la minería del oro en Copiapó en los inicios del siglo pasado. Murieron de forma trágica durante una noche de jerga en la ciudad y de ahí adquirieron el poder de realizar milagros, primero entre las mismas “niñas y niños de la noche” y después entre todas las personas que tuvieran fe en ellas.
Lo cierto es que según registros del cementerio de Copiapó, el 15 de agosto de 1936 fue sepultada Adriana Quiroga y más tarde, en octubre de ese mismo año, fue sepultada a su lado Adriana Álvarez. Al contrario de lo que se piensa no son dos las “Adrianitas”, si no tres ya que el 12 de agosto de 1935, fue sepultada en el mismo lugar, Adriana Labraña.
Adriana Quiroga y Adriana Álvarez trabajaron juntas en el comercio sexual de Copiapó y cuentan que ambas eran las más cotizadas en la zona por su extraordinaria belleza. Incluso se dice que los personajes de la alta sociedad copiapina no pudieron resistirse a sus encantos.
Aún está en duda la versión sobre sus trágicas muertes, hay quienes aseguran que fue la peste de hepatitis de los años 30 lo que las llevó a su último aposento, mientras otros dicen que fueron asesinadas por una celosa y acaudalada mujer de la alta sociedad copiapina que vio en ellas una amenaza para la “moral” de su esposo. Ahora ellas están rodeadas de velas y llenas del incondicional apoyo de la sociedad copiapina, apoyo que sin duda les hizo falta mientras eran las más importantes “trabajadoras de la noche” de Copiapó a principios del siglo XX.
Santas, Milagrosas, Bondadosas y Veneradas, las “
Adrianitas” se han ganado un sitial en la historia mítica y de leyenda de Atacama... Un sitial que no piensan abandonar.
